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Ungida por la luz del Mediterráneo, cosmopolita y amante de los placeres mundanos. La ciudad que el arquitecto Antoni Gaudí convirtió en un mito modernista es hoy una de las capitales europeas más rendidas a la moda y a la gastronomía inquieta, de la mano del famoso chef Ferran Adrià.

Posa orgullosa entre el modernismo y la vanguardia arquitectónica de la torre Agbar de Jean Nouvel, disfruta tanto de la alta mesa como de las tapas entre amigos y alterna su pasión por la buena joyería con la frescura de los jóvenes creadores. Barcelona, vigilada por el monumento a Cristóbal Colón a la entrada del puerto, es también la más cosmopolita de las capitales españolas. Y propone una interesante ruta para disfrutar de las compras y la buena cocina hispana. Todo bajo el cálido sol del Mediterráneo.

Con su kilómetro y medio de exquisitez, el paseo de Gracia es su más selecta arteria comercial y una de las más concurridas de España (solo allí se realiza el 27 % de las compras de tax free de todo el país). Una buena noticia para el bolsillo que se acompaña de un deleite para la vista con edificios indispensables en la historia de la arquitectura reciente. Apenas unas decenas de metros separan la Casa Batllo y La Pedrera (Casa Mila), que, junto con el templo de la Sagrada Familia, suponen las obras más famosas de Gaudí.

No muy lejos está la Casa Lleo Morera, del arquitecto Lluis Domenech i Montaner. Bajo su fachada, la marroquinería de lujo de Loewe. La Casa Amatller, de Josep Puig i Cadafalch, inspirada en la arquitectura tradicional holandesa, alberga en sus bajos la joyería Bagues- Masriera. No es la única de alta gama que saluda al paseante en esta gran avenida.

Junto a grandes firmas internacionales, como Cartier y Swarovski, abren sus puertas casas “made in Spain” de gran prestigio entre la alta sociedad española, como Rabat, Suarez o Aristocrazy. Esta última es la enseña de creaciones en oro y plata “asequibles” que enloquecen a las hijas de banqueros y celebrities. Destaca también en esta milla la mítica Tous, cuyas tiendas están también en el Perú y en otros países del mundo. La firma del osito, nacida en Cataluña en 1920, cuenta con más de diez tiendas solo en Barcelona.

La moda también tiene una destacada presencia: Emporio Armani, Adolfo Domínguez, Max Mara, Burberry, Lacoste, Longchamp y Camper dibujan algunos de los escaparates que tientan al viandante.

Si el paseo de Gracia es el lujo, el distrito del Born es la vanguardia, el último grito en diseño y la oportunidad para adquirir prendas únicas de creadores emergentes. Muchos desfilan o sueñan con hacerlo en la 080 Barcelona Fashion, la pasarela heredera de la antigua pasarela Gaudí y cita de los creadores más iconoclastas. A lo largo del año, siempre en fin de semana, se celebran varios mercadillos y ferias con ropa de segunda mano y de jóvenes diseñadores.

La fisonomía del barrio Born destila imaginación, osadía y originalidad. Y multiculturalidad, ya que muchos de sus vecinos son europeos que encuentran en el buen clima y la mente abierta de sus vecinos el lugar perfecto para vivir. Un paseo por sus tiendas pasa por la moda de la diseñadora barcelonesa MTX, el street wear de Iguapop Gallery o los bombones-joya de La Xocolateria. Todo a pocos metros de la basílica de Santa María del Mar y del mercado de Santa Caterina, famoso por su cubierta de colores.

¿Un mercado? Sí, porque dar gusto al paladar es un placer que se disfruta también en los mercados. El de La Boquería, a dos pasos de La Rambla, es digno de visita y uno de los favoritos de los turistas. Bullicioso y con infinidad de puestos con deliciosas frutas, ensaladas y dulces a los que es difícil resistirse.

Hay que olvidarse de la dieta y rendirse a los pasteles y chocolates de Escriba, cerca de La Rambla, o las “conchas” de Foix de Sarria, una tradicional exquisitez chocolateada servida en uno de los barrios más exclusivos de la ciudad. Ahora el vecindario también se conoce como Barri Adria. Cerrado el mítico El Bulli, los laureados hermanos Ferran y Albert se vuelcan en Barcelona con cinco restaurantes en esta zona: el bar de tapas Tickets, la taberna Bodega 1900 y dos restaurantes de cocina catalano-mexicana: Nino Viejo y Hoja Santa. Y para 2017, la joya de la corona: el misterioso Enigma. En todos es imprescindible reservar mesa con cierta antelación.